Ask The Rabbi

Ask The Rabbi

B”H

Parashat Vaigash: centrarse en el destinatario

Una de las grandes innovaciones de la séptima generación es que el Rebe inculca en toda la comunidad jasídica la conciencia de la misión: difundir el judaísmo y las fuentes del jasidismo y ocuparse en la difusión hacia “afuera”.

No hay duda de que emprender una tarea de este tipo con gran amor y deseo aumenta las posibilidades de éxito, ya que el amor hace que una persona invierta todas sus energías en la tarea y haga todo con vigor y entusiasmo, y que la oportunidad de dar buenos frutos sea excelente.

Y, sin embargo, es importante ser consciente de las desventajas inherentes a la influencia que proviene únicamente del “entusiasmo”: a. El fuerte deseo y la pasión de influir en los demás o de enseñar Jasidut pueden deslumbrar a quien “influencia” e impedirle examinar objetivamente si realmente está realizando su tarea de manera beneficiosa y correcta. b. La naturaleza del entusiasmo es que se desvanece y disminuye con el tiempo, y aunque al principio una persona tiene un fuerte deseo y pasión, a medida que pasa el tiempo, la pasión disminuye (lo que se denomina “agotamiento”).

Por esta razón, debemos descubrir un lugar más profundo e interior dentro de nosotros mismos y convertirlo en un motivador para la influencia y el aprendizaje.

No para la autorrealización

Para entender este asunto en profundidad, mencionaremos brevemente la explicación del Jasidut sobre la relación entre Iosef y Iehudá, que simboliza la relación requerida entre el que influencia y el receptor [ver el maamar “Y David Mi Siervo es su líder para siempre”, Tevet 5752″]:

El justo Iosef es el símbolo de la influencia. Es la persona que sabe analizar la realidad en detalle y resolver los sueños para sí mismo, para los ministros del Faraón y para el mismo Faraón. El asunto de la influencia en él es tan importante y fundamental que le hace decirle a su hermano que soñó que los gobernaría y que todos se inclinarían ante él.

Pero en esta etapa se enfatiza principalmente (no el enfoque en el receptor de la influencia, sino) la influencia misma. Y así, los hermanos se resienten del intento de Iosef de dominarlos e influenciarlos, hasta que finalmente llega a la venta de Iosef y su exilio a Egipto, donde es nombrado virrey después de muchas dificultades. Luego, cuando los hermanos van a Egipto para comprar alimentos, y Iosef se dirige a ellos duramente y se lleva a Benjamín, hemos sido testigos del difícil diálogo en curso entre Iosef y Iehudá: “Y se acercó a él Iehudá y dijo: por favor, señor mío, que tu siervo hable ahora en los oídos de mi señor, y que no se encienda tu ira contra tu siervo, porque tú eres como el Faraón.” (Génesis 44:18).

Cuando Iehudá dice “por favor, mi señor”, “bi adoní”, literalmente “en mí, mi señor”, básicamente está diciendo: cuando estás influyendo en mí no tienes que concentrarte en alcanzar tu propia perfección. Debes concentrarte solo en mí, el que recibe la influencia. Deja de lado tu necesidad de influenciar y libera tus pensamientos y sentimientos para comprender y sentir la necesidad de quien se supone que estás influyendo.

Lo mismo ocurre con nosotros: hay situaciones en las que el dador-influyente-maestro piensa en el bien y la utilidad que se relacionan con su mundo y sus intereses. Al tratar en dar, en realidad se ve a sí mismo más como el receptor de la influencia. Pero es importante recordar que la influencia solo puede alcanzar la perfección cuando su finalidad y propósito se concentran en el receptor: haciendo que las palabras se adapten a su necesidad y prestando atención que entienda lo que se le está diciendo, se asiente el significado en su mente y su corazón de la mejor manera y más beneficiosa.

Influencia con humildad

¿Qué hará que el influyente centre su atención en el destinatario? Para este propósito, se requiere que en el alma del maestro-influyente esté firmemente “asumido” interiormente de que no es más que un conducto para la transferencia de los poderes que el Creador atesoró en él, y que el propósito de la influencia no es llevar a la autorrealización exterior propia. Solo cuando el consejero llega tener semejante ‘anulación’ y tiene humildad, o sea que piensa realmente en el destinatario, la autorrealización llega a ser algo anulado al objetivo principal que es la misión, y así aumentan sus posibilidades de tener éxito e influenciar.

Debe enfatizarse: estas palabras acerca de la ‘anulación’ y la humildad no significan que la práctica de la influencia será sin entusiasmo ni bríos, por el contrario, después de que la persona llega a la conclusión de que esta es la voluntad del Rebe y es su función y misión, la influencia en sí misma será con alegría por el mérito que se le ha concedido, aunque su base es el sentimiento de misión y “anulación”, y no para tener sentirse realizado y satisfecho.

La devoción absoluta a los receptores, de hecho, permitirá al mashpía revelar sus verdaderos poderes internos y Divinos, y luego descubrirá dentro de sí mismo el lugar completo y puro que no depende de las capas externas de la realidad y el entorno.

Y como concluye el Rebe en el artículo “Y David Mi Siervo” ya nombrado:

“La razón por la que el Rey Mashíaj es llamado por el nombre de David es que el atributo de David es la humildad y la autoanulación. Porque a pesar de que era rey, de todas maneras se llamaba a sí mismo pobre y carenciado. Y así también con el Rey Mashíaj, quien a pesar de que será completamente excelso, como está escrito sobre él que se posó en él el espíritu de Havaia, etc., y estudiará Torá junto con los patriarcas y Moshe Rabeinu la paz sea con ellos, de todas maneras estará en un estado de absoluta humildad y anulación estudiando con gente sencilla.

Y de acuerdo a lo que se sabe que todas las revelaciones futuras dependen de nuestras acciones y trabajo ahora, es comprensible que entre los asuntos que traen y aceleran la venida del Mesías está el estudio y diseminación de la Torá, la parte revelada de la Torá y la parte interior de la Torá, todos y cada uno, también las personas simples. Y que será de una manera humilde y con anulación. Por lo tanto la difusión no debe ser para el ascenso que se produce en el maestro y el difusor (“de mis alumnos aprendí más que de todo), sino para los destinatarios”.

מוקדש לרפואת והצלחת

מאיר אוריאל בן עידית

שאל את הרב