La mujer también tiene la obligación de encender las velas de Jánuca como el hombre, y cuando el hombre está de viaje también lo saca de la obligación a él de encender las velas en su casa.
Pero respecto al tema de difundir el milagro, por motivos de la limitación del recato la mujer no puede sacarlo de su obligación, y en especial en Jánuca que la costumbre es que cada uno bendice por sí mismo.