Evidentemente eso lo dicen los hombres, y es porque las mujeres tienen menos preceptos que cumplir. Es decir agradecen que tengan más preceptos. Además la mujer fue castigada con parir con dolor, cosa que los hombres no soportaríamos y la humanidad se acabaría si fuera así. Entonces preferimos ganarnos el pan con el sudor de la frente.