Ask The Rabbi

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categoría:  Jasidut

Rabino Israel Baal Shem Tov y los Tzadikim ocultos

Nombre del rabino: Rabino Jaim Frim

Shalom

¿Es verdad que el Baal Shem Tov tenía poderes curativos y pertenecía a los tzadikim ocultos?

Rabi Israel Baal Shem Tov nació el 18 de Elul 5458 (1698). Sus padres eran Rabi Eliezer y Sará. Cuando era un niño pequeño sus padres fallecieron y él se unió a un grupo de tzadikim ocultos, vagando con ellos por Ucrania. En su juventud el Baal Shem Tov trabajó como asistente de melamed (maestro de niños pequeños), ocultando su rectitud y grandeza en la Torá detrás de la personalidad de un huérfano sin educación. Se casó con su primera esposa en Okopy, Ucrania, y enviudó poco después. El joven viudo luego se casó con Jana, la hermana del rabino Gershon de Kitov, y se mudó a Kitov, donde pasaba horas en soledad, en estudio y oración en las montañas. En 5494 (1734) comenzó a instruir a otros en el servicio de Dios y se hizo famoso como hacedor de milagros y sanador de cuerpo y alma. Fundador del Jasidut, el Baal Shem Tov transformó la Torá y el servicio a Dios en una conexión personal en la que el mundo, el individuo y el Creador se interesan y están conectados entre sí. En el año 5500 (1740) el Baal Shem Tov se estableció en Mezhibuzh, donde vivió hasta su fallecimiento en la festividad de Shavuot, 5520, (1760).

El Baal Shem Tov tenía solo cinco años cuando su anciano padre, el justo Rabi Eliezer lo llamó antes de morir y le dijo: “Mira, hijo mío, estoy a punto de seguir el camino de los que viven en este mundo. Puedo ver que tu Torá iluminará el mundo, pero no tendré el privilegio de educarte. Hay dos cosas que te pido: no temas a nada más que a Dios; entonces Dios estará contigo toda tu vida. Ama a cada judío desde lo más profundo de tu corazón sin distinción alguna en cuanto a quién es y cómo se comporta”.

Solo pasaron unos años y la anciana madre del joven Baal Shem Tov también falleció, por lo que quedó huérfano de sus padres. La gente de su pueblo se hizo cargo de todas sus necesidades y contrató a un maestro para educarlo. Tuvo mucho éxito en sus estudios y comenzó a experimentar excitación espiritual.

Después de estudiar con su maestro, se escapaba del jeider [escuela] al bosque por un día o dos y luego regresaba con su maestro para estudiar como de costumbre. Esto sucedió algunas veces y nadie supo lo que hizo mientras estaba en el bosque.

Cuando tenía unos siete años un día fue al bosque y a lejos vio a un hombre judío parado junto a un árbol, envuelto en un talit, vistiendo tefilín y rezando con agradable devoción. La escena capturó el corazón del joven Baal Shem Tov, porque en su ciudad natal de Akopi nunca había visto tanta devoción durante la oración.

Después de orar el hombre se sentó a estudiar Torá. Al terminar su estudio sacó un poco de pan seco de su bolsa y un frasco de agua, se lavó las manos, bendijo sobre el pan, y al finalizar dijo la bendición después de las comidas con gran devoción.  Luego tomó su bolsa y su bastón y continuó su camino.

El Baal Shem Tov salió de su escondite y se acercó al hombre porque quería saber quién era. Cuando el hombre vio que un niño caminaba por el bosque, lo llamó y le preguntó: “¿Cómo es que no tienes miedo de caminar solo por el bosque? ¡Eres muy joven!”

El pequeño Isrulik respondió: “Antes de morir, mi padre me ordenó que no temiera a nada más que al Todopoderoso”.

Entonces el hombre preguntó: “¿No eres tú el hijo del tzadik Rabi Eliezer de Akop?” El Baal Shem Tov respondió: “Sí. Mi padre era el tzadik Rabi Eliezer de Akop”.

Luego los dos se sentaron en el tronco de un árbol y el hombre sacó el Tratado de Pesajim de su bolsa y estudió con él.

El hombre le preguntó: “¿Quieres acompañarme?” Y él respondió: “Sí, quiero ir contigo a donde vayas”.

El hombre lo llevaba de un lugar a otro, a veces a una ciudad, a veces a un pueblo, y nunca pidieron caridad. El hombre pagaba el viaje con su propio dinero. Así pasaron tres años desde el día en que el Baal Shem Tov se unió a él.

Una vez, el hombre le dijo: “Hoy te llevaré a un tzadik oculto que es un estudioso de la Torá muy respetado. Su nombre es Rabi Meir, vive y trabaja en el bosque y se gana la vida hirviendo raíces de árboles y extrayendo un tipo de alquitrán y otros extractos. Todos los días va a la ciudad a rezar y la gente del pueblo no tiene idea de su erudición. Piensan en él como un simple artesano, pero en verdad, es el jefe de los tzadikim ocultos, y ellos no hacen nada sin antes consultarle.

El Baal Shem Tov accedió a ir a lo de Rabi Meir y estudió con él durante unos cuatro años. Allí se familiarizó con los tzadikim ocultos y se unió a su grupo, hasta que después de unos años, incluso los ancianos entre ellos aceptaban su opinión sobre muchos asuntos. (1)

Fuentes

Traducido de Reshimot Devarim vol. 3 de Jitrik, p.8.