Toda destrucción es en aras de una nueva y más elevada construcción. Así es en lo sagrado. Tanto en la naturaleza, donde la semilla se pudre para dar lugar a una nueva vida. En la psiquis, donde la maduración proviene de una crisis que pone en duda lo pasado. En lo espiritual, donde Dios creo primero un Mundo de Tohu, cuyo caos provocó su destrucción y la creación del Mundo de la Rectificación. Los sacrificios en el Templo que son consumidos por el fuego sagrado y elevados a su raíz en lo Alto expiando así nuestras faltas. Y así la redención, cuando llegamos al summum de la oscuridad y la maldad, que es una señal de la llegada de la gran luz que ya se está viendo, las destrucciones de los dos primeros Templos Sagrados y la construcción del tercer Templo que sera eterno, con la llegada del Mashiaj para revelar la Or Ein Sof y la Esencia Misma del Creador, este universo material y limitado que se convierte en una morada para Hashem Itbaraj.