Ask The Rabbi

Ask The Rabbi

categoría:  Cabalá

¿Qué es un Alma?

Nombre del rabino: Rabino Jaim Frim

¿Qué es un alma?

¿Has llorado con mucha angustia alguna vez sin motivo alguno alguna , sintiéndote muy apenado? Estas escuchando la voz de tu alma, pidiéndote atención, pidiéndote que la alimentes con cuidado tanto cuidado como haces con tu cuerpo.

Has escuchado a tu alma también cuando sientes éxtasis por algún momento sagrado para ti.

Las palabras que utilizamos como cuerpo y alma tienen un significado que no siempre sabemos lo que significan, acaso  pensamos alguna vez  cual es la naturaleza del alma y su relación con el cuerpo

El alma manifiesta la razón misma de nuestra existencia; es la única parte de nuestro ser que refleja directamente nuestra conexión con Di-s, nuestro creador. Aun cuando no es tangible y se oculta dentro del cuerpo, el alma es el tejido mismo de lo que somos. Mientras el cuerpo abarca los aspectos materiales de nuestras vidas, el alma abarca lo espiritual. El cuerpo es impulsado primordialmente por la satisfacción de sus necesidades físicas. Esto no implica que el cuerpo sea malo en sí; no lo es. Fue creado por Di-s y es inicialmente neutral, con un gran potencial para el bien. Pero es el alma la que da energía y guía al cuerpo para hacer buenas obras y conectarse con lo divino. El alma por naturaleza pues “la llama de Di-s es el alma del hombre”.

Hay una dicotomía estructural, por eso, entre la naturale­za tangible del cuerpo y la naturaleza trascendente del alma. Miremos con atención la llama de una vela, y tendremos una aproximación a nuestra alma: la llama alzándose en el aire, tendiendo hacia arriba, como hacia Di-s. Pero el pabilo la tira de vuelta hacia la tierra. De modo similar, nuestra alma tiende siempre hacia arriba, mientras el cuerpo nos retiene con sus demandas tan insistentes de sustento o gratificación físicos. La pregunta que cada uno debe hacerse es: ¿elegimos ser la llama que se remonta a lo alto o el pabilo que nos tira hacia abajo?

Para ser una persona completa y sana, el cuerpo y el alma deben trabajar en armonía. No necesitamos elegir entre uno y otro, indulgencia o abstinencia; podemos y debemos fundir cuerpo y alma. Y esto significa unir el cuerpo y el alma para cumplir la misión para la que todos fuimos puestos en la Tie­rra: para vivir una vida significativa, productiva y virtuosa haciendo de este mundo físico un hogar cómodo para la espiritualidad y la Divinidad. Cada uno de nosotros cumple esta misión usando sus capacidades y talentos únicos, ya sea como maestro o como padre, como comerciante o como cien­tífico. Todos debemos tratar de tomar conciencia de nuestra misión, y hacerla realidad conduciendo nuestras vidas, cada minuto, cada día, cada año, de acuerdo con las leyes de Di-s.

La dicotomía de cuerpo y alma está en todas partes donde miramos, y tiene muchos nombres: forma y función, materia y energía, materialismo y espiritualismo. En un libro, por ejemplo, las palabras que cubren la página son el cuerpo, y las ideas detrás de ellas el alma. Lo mismo puede decirse de cada aspecto de nuestro universo, porque el universo mismo está compuesto de un cuerpo y un alma: sus componentes mate­riales y los componentes espirituales que le dan vida. De ahí que el primer paso hacia la creación de la unidad en el univer­so, el primer paso hacia la espiritualización de lo material, es unir nuestros propios cuerpo y alma.

Llevar una vida significativa equivale a poder atravesar la primera capa, la material, y conectarse con la energía interior. No es un trabajo fácil, pues el cuerpo opera con instrumentos sensoriales (vista, oído, olfato, gusto y tacto), mientras que el alma opera en lo suprasensorial (emociones, conciencia, inteligencia y, lo más importante, las fuerzas espirituales subliminales). Y la energía interior no es una energía cuantificable tal como a define la física; hay un elemento de misterio en ella que desafía la medida. No es apenas una fuerza; es la fuerza que llamamos vida. Y hay elementos de la vida que apenas si hemos empezado a descubrir.

Miremos a nuestro alrededor, hoy. Es obvio que muchos de nosotros estamos buscando la paz interior, la felicidad, o la serenidad, estamos buscando nuestra alma. ¿Pero qué estamos usando los instrumentos adecuados con los cuales deberíamos hacerlo? Porque nos hemos hecho tan dependientes de nuestros instrumentos sensoriales, a menudo sentimos como si fueran los únicos de los que disponemos. ¡Pero qué difícil es tratar de captar el significado de nuestra alma usando sólo los cinco sentidos! Es como usar los ojos para escuchar un trozo de música. Y sin embargo, tan persistente es el llamado del alma que nunca dejamos de buscar.

Fuentes