“¿Cómo se convierte un no judío en judío? Solo hay un camino: la conversión según la ley judía. Pero ¿cómo funciona esto? ¿Qué es lo que realmente convierte al antes no judío en un converso justo que es como un judío nato? Debes ir a un rabino que te enseñe y te presente ante un tribunal rabínico ortodoxo cuando tú y él consideren que estás preparada. Entonces luego de una revisión teórica de tus conocimientos y ver si eres sincera en tu deseo te aceptan y después de sumergirte en una mikve y recibir el yugo de la Torá y los preceptos te conviertes en judía y tienes la obligación de cumplir los preceptos y tienes los derechos de todo judío.
Regresemos miles de años atrás a la Entrega de la Torá en el Monte Sinaí un evento elevado y singular. La entrega de la Torá fue como una ceremonia de conversión en masa para todo el pueblo de Israel. Los pasos de la conversión de hoy son como una copia de ese evento: un converso debe ser circuncidado y sumergido en una mikve tal como los israelitas fueron circuncidados antes del Éxodo de Egipto e inmersos antes de la Entrega de la Torá (y cuando el Templo está construido el converso debe traer un sacrificio tal como lo hicieron los israelitas en el Monte Sinaí en su momento).
Pero hay más. Existe el fundamento de la conversión que es la decisión misma de aceptar el yugo de los mandamientos como dijeron los israelitas en el Monte Sinaí: “”Haremos y escucharemos”” y como Rut le dijo a Naomí: “”Tu nación es mi nación y tu Dios es mi Dios””. En el Monte Sinaí forjamos un pacto con Dios para recibir la Torá. Ahora el converso acepta este pacto sobre sí mismo y al hacerlo se une a la nación judía y se ve obligado a cumplir los 613 mandamientos.
Puerta abierta
¿Cuál es la política de la ley judía con respecto a la aceptación de los conversos? A veces puede parecer que el judaísmo no está interesado en los conversos y prefiere rechazarlos. Pero eso es un error. ¡La puerta al judaísmo está abierta para los conversos! El rechazo temporal es simplemente para asegurar la intención seria del converso potencial y distanciar a aquellos que no son serios. Desde el momento en que ha quedado claro que el candidato a la conversión realmente desea unirse al pueblo judío y aceptar el yugo de los mandamientos sobre él ¡está prohibido rechazarlo e incluso está prohibido posponer la conversión!
El Talmud afirma que la conversión es una mitzvá que no debe posponerse. ¿Cuál es la fuente de esta mitzvá? Según la mayoría de los comentaristas la conversión no es una mitzvá en sí misma uno de los 613 mandamientos sino que está incluida como parte de otra mitzvá. Algunas autoridades dicen que aceptar conversos está incluido en el mandamiento de amar al converso: “El extranjero que vive contigo será para ti como el nacido en tu casa y lo amarás como a ti mismo; porque fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto” (Levítico 19:34).
Al agregar este mandamiento de amar al converso la Torá en realidad nos ordena que amemos al converso doblemente. Además del mandamiento de amarlo como uno amaría a cualquier otro judío “”Ama a tu prójimo como a ti mismo”” (Levítico 19:18) el converso recibe este segundo mandamiento de ser amado. Este doble amor comienza realmente antes de la conversión: desde el momento en que un no judío desea convertirse debemos amarlo y abrir la puerta a la conversión ante él.”
