Una mirada rápida al libro de Salmos nos revelará que muchos de los capítulos son atribuidos a varias grandes personalidades. El Talmud enumera diez autores más allá del rey David a saber Adam, Malkizedek, Abraham, Moshé, Heimán, Iedutún, Asaf, y los tres hijos de Koraj”. A pesar que esto ocurrió se lo considera su autor porque a lo largo de toda su vida, el rey David recitó constantemente los salmos. En tiempos de victoria y de conflicto, mientras estaba prófugo y mientras se desempeñaba como un rey victorioso en el pináculo de la realeza y la grandeza, sus labios nunca cesaron de recitar las alabanzas a Di-s. y de esa manera le dieron el carácter de alabanzas inmortales de las cuales se desprende gran parte de la plegaria diaria.