Instinto o Tentación

No hay que confundir el instinto con el inconciente. Del inconciente recibimos mensajes del alma animal y del alma Divina, nosotros tenemos que identificar de dónde vienen de acuerdo a nuestro libre albedrío, o sea nuestro razonamiento y capacidad de decidir, y cuanto mejor si lo recibimos de un sabio de la Torá y el Jasidut.
Por eso el Tania habla del buen instinto y el mal instinto. La mente refinada por la Torá y los preceptos de Hashem nos ayudan a decidir correctamente de dónde viene esa voz o “instinto” y qué actitud tomar. El alma animal es individual de cada uno, en cambio el Alma Divina es una con Hashem en lo Alto y eso nos hace a todos unidos para poder sobreponernos a nuestras malas inclinaciones con buenas decisiones.
En 1990 el Rebe de Lubavitch una visión única sobre la caridad, el precepto de la Tzedaká. Señaló en verdad se trata de todas las formas de asistencia destinadas en última instancia a eliminar la desunión que puede existir entre individuos o naciones. En otras palabras, más actos de justicia, más unidad entre los individuos y las naciones. Algo en lo que pensar, algo de lo que hablar, algo en lo que actuar.