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categoría:  Conceptos básicos

¿Hay varios tipos de rectificación del alma?

Nombre del rabino: Rabino Jaim Frim

Shalom. ¿Hay varios tipos de rectificación del alma?

Cada alma humana posee 10 sefirot, o poderes espirituales. Los tres primeros son intelectuales, mientras que los siete restantes se relacionan con las emociones.

Los tres poderes del intelecto son la principal fuerza motivadora del elemento Divino del alma. Los siete poderes emotivos son la principal fuerza motivadora del elemento animal del alma. Para un no judío, la ‘rectificación’ espiritual implica el refinamiento de los siete poderes innatos de la emoción. Por esta razón, gran parte de la identidad judía se basa en el principio de “tres”. El pueblo judío proviene de tres patriarcas; en nuestras oraciones, rezamos al “Di-s de Abraham, al Di-s de Itzjak y al Di-s de Iaacov”. La bendición sacerdotal se compone de tres versos (tres bendiciones individuales). Nuestros sabios declaran: “Bendito sea Di-s, el Misericordioso, que dio una Torá triple [es decir, los Cinco Libros de Moisés, los Profetas y los Escritos] a un pueblo triple [Sacerdotes, Levitas e Israelitas] en el tercer mes [Siván] por medio de tres [Moisés, Aarón y Miriam].”

Aunque el principio de tres es innato en la mente del alma divina de Israel, es secundario a nuestra fe absoluta en la Unidad esencial de Di-s, que trasciende el poder de la mente. Al aferrarse a la sabiduría de la Torá, que une la mente del hombre con Di-s, los elementos divinos del alma se vuelven plenamente conscientes del Uno absoluto, como se dice: “Escucha, oh Israel, Di-s es nuestro Dios, Di-s es Uno”.

La identidad innata del no judío, por otro lado, se basa en el principio de “siete”. Hay 70 naciones de Noaj en la tierra. La esencia central de estas naciones son las siete naciones cananeas que ocuparon la Tierra de Israel antes de que el pueblo judío la conquistara.

En el alma judía, los siete poderes emotivos están subordinados y sirven a la búsqueda espiritual de los tres poderes intelectuales. Las 70 almas de Israel que bajaron a Egipto están subordinadas a los tres patriarcas judíos.

En el estado innato del alma animal, los tres poderes intelectuales sirven a los deseos terrenales de los siete poderes emotivos. Es para corregir este estado “invertido” que se dieron las siete Leyes de Noaj.

El número siete también tiene un significado especial en la tradición judía. Denota “cariño”; en palabras de nuestros sabios, “todos los sietes son queridos”. Para los no judíos, por otro lado, el número representa la realidad secular general. Para él, el séptimo día de la Creación no es cualitativamente diferente de los seis días anteriores. Es un día de trabajo y experiencia de la providencia e inmanencia Divina que llena todos los mundos. Para un judío, sin embargo, el séptimo día, Shabat, es cualitativamente diferente de los seis días de la semana. Es un día de descanso del esfuerzo mundano, un tiempo para experimentar la trascendencia Divina que permea todos los mundos por igual. Los siete del judío reflejan la unidad, mientras que los siete de los no judíos representan la pluralidad.

Para un no judío, la “rectificación” espiritual implica el refinamiento de los siete poderes innatos de la emoción a través del compromiso de cumplir con los siete mandamientos de Noaj. La primera naturaleza innata del no judío se transforma así en una segunda naturaleza rectificada, que le permite “ver a través” de los tres niveles superiores de su alma y visualizar el “Uno”. Esta percepción (a menudo repentina) hace que los siete poderes emotivos sirvan a los tres poderes Divinos, y no al revés. Si un no judío descuida su obligación de observar sus siete mandamientos, sigue siendo incapaz de comprender la verdadera unidad de Di-s, y su conciencia tiende a caer en la idolatría, con su adoración engañosa de los “tres”, las estrellas, la naturaleza, yoguis, el panteón de los “dioses”, el dinero, etc. etc. En resumen, idolatría se puede definir como adorar a otra cosa o ser que no sea el Único Di-s Verdadero.

Fuentes