La Torá habla a la vez sobre las leyes a menudo superpuestas de hechsher keilim (eliminar los residuos no kosher de los utensilios) de los utensilios usados y tevilat keilim incluso de los utensilios nuevos obtenidos de los no judíos (Bamidbar 31:23). Una gran diferencia es que el primero es necesario para resolver problemas técnicos de kashrut mientras que el segundo es una mitzvá de purificación. Una de las ramificaciones de esta diferencia es que incluso si uno falla en realizar tevilat keilim (inmersión ritual de los artículos de cocina) la comida que entró en contacto con los utensilios sigue siendo kosher (Tosafot Avoda Zara 75b). El problema es el uso continuado del utensilio antes de tevila (ver Rambam Maajalot Asurot 17:3).
Rav Shlomo Zalman Auerbach (citado en Tevilat Keilim (Cohen) 4: (2)) señala que debe haber una violación total de la ley de tevilat keilim si uno usa un utensilio antes de tevila. Después de todo dado que uno no tiene que hacer tevila a menos y hasta que use el utensilio si se le permitiera usarlo antes de tevila ¿cuándo tendría que sumergirlo? Sin embargo si la razón para no permitir el uso no es una prohibición clásica sino el incumplimiento de la mitzvá positiva de hacer la tevila entonces si uno es incapaz de hacer la tevila (por ejemplo no hay mikve) la violación fundamental no existiría. No obstante en ese caso es probable que exista una prohibición rabínica de usar el utensilio antes de la tevila (comparar ibíd. con ibíd. 3:(24)).
Sin embargo hay una idea que puede implementar en una variedad de formas que le permitirán usar los keilim sin tevila. La halajá es que uno debe hacer tevila en utensilios que se adquieren de un no judío. Sin embargo si siguen siendo propiedad del no judío y uno solo los toma prestados o incluso los alquila no necesita tevila (Shulján Aruj Ioré Dea 120: 8). Aunque no es probable que encuentre a un no judío que esté dispuesto a prestarle o incluso alquilarle utensilios nuevos a un precio módico puede gastar el mismo dinero por el que él está dispuesto a venderlos y tener en mente no adquirirlos sino para solo alquilarlos. El problema que tendrás en este escenario es que si los utensilios siguen siendo suyos deberías tener que devolverlo a la tienda en algún momento. Aquí hay al menos una forma de lidiar con ese problema. Arregla con el dueño de la tienda (que puede pensar que eres extraño pero ese no es el fin del mundo) que estás alquilando los utensilios por una parte del precio pero le darás el precio completo por la posibilidad de que no quiera aceptar la devolución de los utensilios usados y/o no aprovechar la oportunidad para devolverlos.
Otra idea técnica es que usted puede encontrar a otro no judío (quizás un trabajador del hotel o un vecino) y decir lo siguiente: “No voy a necesitar estos utensilios después de que me vaya así que quiero dártelos como regalo a partir de ahora. Ya que soy lo suficientemente amable como para dártelos como regalo te pido que aceptes dejarme usarlos y que te respnsabilices de recuperarlos cuando me vaya”.
En teoría uno siempre podría usar este tipo de haarama (una estratagema halájica astuta) para evitar hacer tevilat keilim. Sin embargo se supone que no debemos estar interesados en escaparnos de las mitzvot. Sin embargo en un caso como el tuyo en el que estarías feliz de cumplir la mitzvá si pudieras pero no puedes este tipo de sistema es muy apropiado.
(Ten en cuenta que muchos cuerpos de agua natural son kosher como mikvaot y uno puede estar disponible en el área que está visitando. Sin embargo dado que es difícil saber cuándo es el caso no es necesario que intente hacerlo. una tevila que ni siquiera sabrás si será válida. Además ten en cuenta que ni los utensilios de un solo uso ni los utensilios fabricados con otras sustancias que no sean metal y vidrio requieren tevila.).
