Ask The Rabbi

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categoría:  Confianza en Dios

El Judío y el Antisemitismo

Nombre del rabino: Rabino Jaim Frim

¿Por quélos judíos siempre son sometidos a presiones y antisemitismo?

¡Shalom uBrajá!

Para comenzar con una observación de carácter general, sin embargo fundamental, los judíos siempre han sido una minoría y, como en el caso de todas las minorías, se encuentran sometidos a las presiones del medio. Ello hace necesario desplegar esfuerzos especiales para mantener la identidad de la minoría.

Este es particularmente el caso de los judíos que se encuentran en un país en el que gozan de libertad en todo sentido, por cuanto las fuerzas naturales de la asimilación son muy fuertes, no sólo en lo que respecta a la generación joven, sino también a las generaciones más viejas. Por consiguiente, aun desde el punto de vista de la autoconservación, es menester hacer todo lo posible para contrarrestar estas fuerzas si es que se pretende que la minoría no se absorbida por la mayoría.

Una de las formas de lograrlo es estimular las virtudes intrínsecas, la minoría posee, sin exagerar aquellas comunes a ambos grupos, especialmente en los casos en que está de más.

Lamentablemente, al observar las actitudes y la política de muchos Rabinos y dirigentes, religiosos y laicos, llego a la conclusión de que parte de ellos comete generalmente el error de creer que puede impresionar mejor a su audiencia o a sus lectores, si les quedan conocimientos de la literatura y la cultura no-judías.

Esto es evidente en la tendencia de apoyar sus posturas median­te citas de gente no-judía, es decir, prefieren las fuentes no-judías aun en acontecimientos públicos dentro de las instituciones judías; cuando debería destacarse la pureza de la tradición judía, se hace en lugar de ello un esfuerzo por contar con un gentil destacado como huésped u orador de honor. Si se los censura, la explicación que se da es que dicha política es buena para las relaciones mutuas, y que coincide con el mandato de Jeremías: “orad por el bienestar del país en que vivís”.

A la luz de lo mencionado, confío en que no tomara usted a mal que mencione mi desilusión al ver impresas en distintas conferencias citas de procedencia ajena a las fuentes sagradas. Indudablemente, el principio “acepta la verdad cualquiera sea su fuente” es válido; no obstante, como mencioné, creo firmemente que los distintos líderes judíos deben destacar los más grandes valores de nuestras insignes y sagradas fuentes.

Otra observación de carácter general: en una de mis alocuciones públicas he destacado que cuando una persona está ante una mitzvá concreta -una función u obligación- que no pueda ser cumplida por otros, no corresponde que en ese momento realice una mitzvá que sí puede ser llevada a cabo por otros. Me refiero al tiempo que lleva la preparación de aquellos temas cuyos valores deben ser en rigor el tópico de un dirigente espiritual, lo que implica que éste no debe acortar el tiempo dedicado a otros tópicos de carácter general que son examinados por individuos cuya función está precisamente en esas esferas. Si esta norma es válida en todo momento, lo es aún más especialmente en una ocasión tan sagrada como los Días Solemnes, en un sitio sagrado —la Sinagoga—, y en un momento sagrado -el de la Plegaria-, cuando el tópico princi­pal del día debe ser, como han expresado nuestros Sabios: “que aceptéis Mi soberanía sobre vosotros”.

Rosh HaShaná y su mensaje para la vida judía no deben quedar en el terreno de lo abstracto, como si se tratara de algo temporario y fugaz, algo que carece de vigencia durante el resto del año, cuando la gente puede decir “seamos, los judíos, como todos los gentiles”. El significado de “Rosh HaShaná” se explica particularmente en la Filosofía Jasídica en el sentido de que es la “cabeza” (Rosh) del año, lo que indica que el lugar que ocupa en la vida judía es análogo a la posición que le cabe a la cabeza en el organismo físico el de centro neurálgico del cuerpo.

El principal concepto de Rosh HaShaná es el pedido de “reina Tú sobre todo el mundo en Tu gloria”. Esto determina nuestra aceptación de la soberanía de Di-s sobre nosotros, no sólo en el día de Rosh HaShaná, sino durante todos los días del año, soberanía que se ve expresada en nuestra observancia de las mitzvot. Este último concepto debe destacarse especialmente, ya que, en definitiva, lo fundamental es la práctica concreta, el cumplimiento de las mitzvot, como lo afirma claramente la mishná.

Afortunadamente, puede observarse un cambio satisfactorio en la actitud de la joven generación de judíos americanos, los que no temen consagrarse a la verdad si ésta se les presenta de forma íntegra. Si bien algunos aún no están preparados para aceptar los preceptos en su totalidad, al menos se consideran lo suficientemen­te maduros como para aceptar la verdad acerca de un judaísmo raigal con toda franqueza, y sentirse molestos si se los trata como niños que únicamente pueden tragar una píldora si está recubierta de azúcar. No me cabe duda de que en su trato con los jóvenes lo habrá observado por sí mismo.

Fuentes