Según cuenta la Torá, el pueblo de Israel salió de Egipto por orden de Dios, salvados de la esclavitud, y junto con ellos salieron otros pueblos que estaban esclavizados en Egipto. Pero no salieron personas egipcias con ellos.
El día 15 del mes hebreo de Nissan , el pueblo judío salió de Egipto y comenzó a viajar por el desierto. Después de 49 días de viaje, el día 50, el sexto (o el séptimo) de Siván , Di-s les dio la Torá. Parados al pie del monte Sinaí, presenciaron cómo la gloria de Di- s descendía sobre la montaña y escucharon los Diez Mandamientos. Al día siguiente, Di-s le ordenó a Moisés que ascendiera a la montaña durante 40 días, donde le enseñaría todas las leyes y le presentaría las tablas en las que estaban grabados los Diez Mandamientos. Moisés se despidió de su pueblo y prometió volver en cuarenta días.
Cuando Moisés le dijo al pueblo 40 días, se refería a 40 días completos , noches y días. Y como Moisés se fue por la mañana, ese primer día no se incluyó en el conteo. Sin embargo, los judíos calcularon mal y esperaban que Moisés regresara el 16 de Tamuz . En vano los judíos esperaron a Moisés el día 16, y cuando no apareció, comenzaron a preocuparse. El comentarista bíblico Rashi describe cómo Satanás hizo que el cielo se oscureciera y provocó que un sentimiento de tristeza descendiera sobre el campamento, lo que desconcertó aún más a la gente.
Mientras esto sucedía, el erev rav (“multitud mixta”), un grupo heterogéneo de marginados egipcios que se habían unido a los judíos cuando salieron de Egipto y que no eran sinceros en su compromiso con Di-s, convenció a la gente de que Moisés estaba muerto y que necesitaban un nuevo líder. Aterrado, el pueblo judío se reunió en torno a Aarón, el hermano de Moisés, y le exigió que los convirtiera en un nuevo líder. (Los comentaristas notan que, en este punto, la gente solo quería un nuevo líder en lugar de Moisés, no un nuevo Di-s. Aarón les dijo que fueran a casa, recogieran las joyas de sus esposas y se las devolvieran. Enloquecidos, los hombres se arrancaron sus propias joyas y las arrojaron al fuego. Y del fuego emergió un becerro de oro.
En cuanto a quién formó realmente el becerro, hay tres opiniones:
1. Aarón lo formó moldeando la forma de un becerro del oro fundido.
2. Los hechiceros del erev rav lo formaron usando magia.
3. Miqueas , un miembro del erev rav cuya vida había sido salvada por Moisés, creó el becerro. Cuando el pueblo judío salía de Egipto, Moisés fue a recoger el ataúd de José para cumplir con su pedido de que sus restos fueran redimidos junto con los judíos. Sin embargo, en un intento por evitar que los judíos se fueran, los egipcios habían hundido el ataúd de José en el Nilo. Moisés tomó una placa, escribió en ella las palabras “alei shor” (“resucitar buey”) y la arrojó al río, haciendo que el ataúd de José (que es comparado con un buey) saliera a la superficie. Micah había robado esta placa y ahora la usó para crear el becerro arrojándolo al fuego.
Entonces el erev rav gritó al pueblo judío: “¡Estos son tus dioses, oh Israel , que te sacaron de Egipto!” Aarón construyó un altar e instruyó a los judíos que se fueran a dormir, diciendo que “mañana habrá una fiesta para Di-s”.
Al día siguiente, la gente se levantó temprano y se dirigió al becerro de oro, donde ofrecieron sacrificios y comenzaron a adorar. La Torá nos dice: “El pueblo judío se sentó a festejar y se levantó para jugar”, lo que Rashi explica en el sentido de que, además de la idolatría, también cometieron actos de inmoralidad y asesinato.
