El funeral judío es una despedida del difunto absolutamente simple pero emocionalmente significativa. El servicio no intenta consolar a los dolientes. Los Sabios señalaron sabiamente que es pura burla consolar a los afligidos mientras su amado yace muerto ante sus ojos. Además es psicológicamente inútil efectuar una reconciliación entre el doliente y su destino en este momento.
El servicio está dirigido más bien a honrar a los difuntos. El homenaje a él toma la forma de la recitación de un elogio; canto de varios Salmos y la Oración Conmemorativa; siguiendo el ataúd y acompañando al difunto a su lugar de descanso final; hablando sólo bien de él; y muchas otras pequeñas formas en las que cada individuo muestra su más sincero respeto.
Para rendir el debido homenaje al difunto la tradición sirve de sabia y capaz instructora. La sabiduría acumulada de la experiencia del pueblo judío con el duelo durante más de 3000 años se destila en las leyes y costumbres relacionadas con esta área de la vida. Las siguientes páginas ofrecen los detalles más importantes de estas tradiciones y algunos de los sabios principios subyacentes.
El Shulján Aruj Ioré Deá 361 dictamina que si alguien muere en una ciudad toda la ciudad tiene que abstenerse de trabajar pero uno que está ocupado con el aprendizaje de la Torá no está obligado a dejar de aprender si hay otros que pueden atender al difunto. Sin embargo si hay un comité designado para cuidar al difunto y su entierro el resto de la ciudad no está obligado a abstenerse de trabajar y hoy uno ciertamente no necesita hacerlo porque existe la Jevrá Kadishá que se encarga del entierro ver Gesher Hajaim sección 1 capítulo 14: 5.
Sin embargo con respecto a escoltar a los muertos el Shulján Aruj explica que uno debe incluso abstenerse de aprender Torá excepto con respecto a tinokot shel beit raban niños judíos jóvenes; vea Ialkut Iosef 7: 6; aunque hoy en día la costumbre es que incluso los niños pequeños deben abstenerse de aprender Torá para asistir al funeral de un gran sabio de la Torá y véase también el Gesher Jaim sección 1 capítulo 14:14 sin embargo esto es solo con la condición de que el difunto no tenga suficientes personas en su funeral: 10 personas para una persona simple 600.000 para un Talmid Jajam y para alguien que enseñó Torá a las masas no hay límite. En cualquier caso el Shulján Aruj escribe que uno no necesita investigar para averiguar si hay suficientes personas en el funeral o no todo esto solo se aplica a los casos que implican abstenerse de aprender Torá pero en un caso de abstenerse de trabajar todos deben asistir al funeral de incluso una persona normal.
Hoy en día la costumbre es no abstenerse de trabajar para asistir a un funeral. las diversas explicaciones para esto son las siguientes:
Gesher Hajaim capítulo 14:8 comentario 3: Si hay un Jevrá Kadishá el resto de la ciudad no está obligada a asistir al funeral aunque esto parece contrastar con el Shulján Aruj según lo vimos arriba.
Minjat Elazar 1:26: Es casi imposible asistir a todos los funerales especialmente en las grandes ciudades debido a los grandes gastos y la abstención del aprendizaje de la Torá involucrados esto no es realmente un heter sino más bien un intento sincero de encontrar mérito para las personas que son indulgentes.
Ramat Rachel 50: Dado que los Jevrá Kadishá reciben su salario de su congregación se les considera shlujim representantes de toda la congregación.
Sheelat David al final de Ioré Deá cuestiona toda la regla del Shulján Aruj que uno tiene que abstenerse de trabajar para asistir a un funeral ya que hay una regla de que uno no está obligado a gastar dinero en actos de bondad como ir a un funeral.
1. Haamek Sheelá 14:3: Mientras uno no vea la procesión real no está obligado en la mitzvá de acompañar al difunto.
