En el Mundo Venidero (el mundo de la Resurrección) no habrá ni comida ni bebida, ni reproducción ni el comercio, ni envidia, ni odio, ni competencia; más bien, los justos se sentarán con coronas sobre sus cabezas, y disfrutarán del resplandor de la Presencia Divina. No van a volver al polvo, van a vivir para siempre. 1
Notas al pie
• 1. Teshuvos U’Biurim por el Rebe de Lubavitch, sec. 1142.