En el Judaísmo, la grandeza esta en los detalles. Y también en la naturaleza o la tecnología. Sí a una computadora le falta un pequeño microchip probablemente esta no pueda funcionar del todo. Intentar captar una estación de radio, pero no exactamente con el dial sobre la estación. El resultado es un terrible ruido. Intentar hornear un pastel a 450 grados cuando a este se suponía que debía ser horneado en 400. En cambio, de un delicioso plato obtendremos un carbón quemado. Espiritualmente es lo mismo. Armonizándonos a nosotros mismos con la espiritualidad, para eso requeriremos captar el día exactamente en esa estación que queremos escuchar. Esto requiere focalizarnos en el detalle, como ellos dicen, así también lo es en la espiritualidad. Esto es como Di-s hace Su mundo y Él sin embargo se cuida mucho de los detalles. Esto tiene en sí un sentido de que sí Di-s hizo el mundo físico de esa manera, Él también hizo el mundo espiritual de esa manera. Y ¿por qué Él lo creo entonces? Porque la verdadera prueba para nosotros no es sí podemos hacer algo heroico y obtener una medalla, todos somos capaces de correr para ayudar a un pequeño o a una anciana quien sé cayo en la calle. El momento heroico saca lo mejor de la mayoría de nosotros. Pero, ¿podemos sostener esta sensibilidad y relacionarla y sacarla fuera día a día? Somos todos capaces de sonreír por algún tiempo. Una gran persona siempre sonríe cuando esto es lo apropiado. Realizamos toda una gran plegaria – quizás porque realmente nosotros estamos necesitando de algo. Una gran persona reza tres veces al día. Esta siempre paciente cuando cuando lo necesita estar, siempre conectándose con el dolor y la alegría de los otros, nunca sobre su reaccionar. Oh sí – la grandeza está en los pequeños miles de realidades de todos los días. Y eso es justo lo que Di-s está buscando.