Esto está referido a la transferencia inconsciente de la información.
Los profetas están divididos en dos tipos.
• Aquellos que reciben su nevuá, -su profecía-, cuando están dormidos.
• Aquellos que reciben su profecía en forma despierta, consciente; por ejemplo, Moshé. Panim ve Panim, cara a cara con HaKadosh Baruj Hu.
No es lo mismo recibir una información directamente de la boca y mirando a la persona que está enfrente, que recibir una información en una forma indirecta, como, por ejemplo, a través de un sueño. El Arizal tenía una forma de interpretar los sueños, y veía el inconsciente de las personas; podía ver cómo fueron sus vidas anteriores y así conocer qué podían hacer en el futuro. Los profetas reciben esa información de HaKadosh Baruj Hu en forma inconsciente para que la transmitan al pueblo; por lo tanto, también tienen que realizar ese proceso [de traducción] desde el subconsciente de ellos; deben traducir esa información a palabras que transmitan la voluntad de Dios fielmente y que, puedan ser comprendidas de la manera más exacta por las personas a las que va dirigidas. Ese es el objetivo de la profecía.
En realidad, todos tenemos en nuestro interior, esa capacidad de profecía. Todo lo que viene de nuestro inconsciente, viene de aquel nivel superior que se llama iejidá del alma, el nivel superior del alma que está conectado con HaKadosh Baruj Hu. En consecuencia, si toda la información [consciente] sufre una deformación cuando baja de la mente (jojmá) a donde se expresa (maljut), la deformación es mucho mayor cuando aquélla va del inconsciente profundo al inconsciente más exterior, que llamamos ratzon.