Me llamo Rebeca, Rivka en hebreo que significa ?
Rebeca, o Rivká en hebreo, fue la segunda matriarca de la nación Judía. A pesar que ella se crió en Padan Aram, entre gente pagana, se mantuvo pura y justa. Nuestros Sabios le adjudican el versículo (De “Cantar de los Cantares”): “Como una rosa entre las espinas, así es mi querida entre las hijas” Ella se casó con nuestro patriarca Itzjak, y dio a luz a Esav y Iaakov. Fue ella quien organizó el plan para que Iaakov obtenga las bendiciones de Itzjak. Cuenta el midrash que cuando estaba embarazada sus hijos se peleaban dentro de ella.
Lo más importante, como una de nuestras matriarcas, es que su carácter es parte de nuestros genes espirituales que nos hacen lo que somos.
A pesar que el significado de su nombre no está explicado en la Torá Escrita, la Mishná en el tratado de Eruvin usa la palabra “Rivkaot”, el plural de “Rivká” para describir “equipos de ganados”.
Los maestros Jasídicos explican que convertirse en un “Equipo de ganado” es una aspiración muy judía, una que podemos lograr gracias a los poderes del alma especial que Rivká nos legó. Todos tenemos dos almas distintas y una conciencia que anima nuestros cuerpos: un “alma animal” y un “alma Divina”. El alma animal es impulsada por la auto centralización, y el alma Divina, por la búsqueda de cada uno para servir al Creador.
Cada una de estas almas tiene sus facultades emocionales e intelectuales; desde la sabiduría creativa hasta la concentración enfocada; desde la disciplina hasta el amor y bondad. La diferencia es que todas estas facultades emocionales del alma Divina están dominadas por la mente. Y como tales, a pesar de sus diferencias extremas, las facultades emocionales trabajan juntas en armonía, y se complementan. La sabiduría engendra compromiso y cohesión. El alma animal, en contraste, gracias a su naturaleza centrada en sí misma, es dominada por las emociones y por los impulsos. Cada una de estas emociones operan independientemente de las otras, y no se complementan en su trabajo como una unidad.
Esta condición, sin embargo, no es cambiante. La misión del alma Divina es canalizar y enfocar a las emociones del alma animal hacia los intereses del alma Divina, al servicio de Di-s. Cuando esto se logra, estas emociones animales independientes de antes, ahora pueden unirse , formando una armonía, o en las palabras de la Mishná “un equipo de ganado”
Esta habilidad, escribe Rabí Shneur Zalman de Liadi, fundador del Jasidismo Jabad, es un regalo legado por la Matriarca Rivká a sus descendientes.
El hecho que tú lleves su nombre, indica que tienes este tremendo potencial, la habilidad de vivir a la altura de tu nombre. Sí, todos somos los hijos de Rivká, pero un individuo que lleve su nombre, tiene una gran medida de esta fuerza única. Empieza ahora, agregando una Mitzvá más a tu agenda diaria, transformado oscuridad en luz, divisibilidad en unidad.