A través de todo el proceso de meditación, si nosotros meditamos en las cualidades del corazón para cambiarlas, para dirigirlas y refinarlas, como cuando uno toma un animal que quiere amaestrar. Esa tremenda fuerza que tienen los sentimientos, que es una fuerza más grande que la fuerza que tiene la mente, entonces eso se va a transformar en la acción, y como dice Shlomó Hamelej , <>, este maljut se va a elevar allí arriba, y los hechos van a crear una nueva mentalidad. Cuando uno ve que realiza una acción que tiene éxito y que produce algo positivo, entonces, uno vuelve a meditar sobre eso, y recibe nuevas ideas y nuevas revelaciones del inconsciente, esa acción se transforma en la corona, se sublima hacia arriba y pasa a ser de lo más bajo en nivel de revelación a lo más alto. Por eso está escrito: “lo último en la acción es lo primero que hay en el pensamiento”.
Cuando nosotros meditamos, tenemos una idea general, que es la revelación de nuestro deseo inconsciente. Pero para llegar a la realización de ese deseo tenemos que realizar todo un proceso, y a veces tenemos que llegar muchos ciclos de meditación, sentimientos y acción, de hacer muchos actos previos, muchos pasos de preparación y de construcción para llegar a ese objetivo final.