No debemos considerar las situaciones porque a primera vista parezcan buenas o malas. Debemos verlas con ojos correctos. Si nuestra visión e imaginación están de acuerdo a una mente refinada, sabremos si lo que estamos percibiendo como bueno o malo, lo es en realidad. Incluso este poder, lleva al momento previo de llevar a cabo una acción, porque cuando alcanzamos a ver correctamente, todo lo que sucedió en el pasado y se evaluó como un error, adquiere un propósito. Éste es el secreto de la Teshuvá, el retorno.
Está escrito que la Teshuvá, el retorno verdadero, el retorno superior, puede reparar los pecados anteriores, y no sólo los repara, sino que los convierte en méritos. Significa que cuando endulzamos, que cuando revelamos la verdadera esencia de las cosas, cuando volvemos a Dios, todo lo que hayamos hecho en el pasado, ya sean cosas buenas, malas o erróneas, se transforman en méritos.
Ejemplo: Algunos de nosotros nacimos en casas donde no se estudiaba Torá y por lo tanto, donde no se enseñaban los preceptos. Incluso nacimos en casas donde se practicaba la idolatría, donde se realizaban acciones buenas sólo en apariencia. Más tarde, nos dimos cuenta que en esos actos se negaba la unidad de Dios.
Repetimos. Cuando uno hace Teshuvá y se arrepiente verdaderamente de los pecados, incluso de pecados muy graves o de lesa humanidad, esos pecados se convierten en méritos. Teshuvá significa volver, y volver significa unirse a Dios y cumplir Su voluntad.
Debemos reconocer que Dios maneja todo y que está presente en todos los momentos. Por lo tanto, todo lo que sucede es por un motivo. A esto se lo llama “endulzar los rigores”, lo cual no está restringido a lo que sucedió en pasado hasta el presente. Tenemos que considerar lo que hicimos y lo que haremos, pero también, lo que hacemos en el presente.
Pero, en ningún caso podemos realizar algo malo pensando que después Dios nos va a perdonar. O peor todavía, no debemos [especular] y hacer algo muy malo para transgredir y de ese modo poder elevarnos mucho más arriba cuando hagamos Teshuvá.