Cuando el pueblo judío aceptó la Torá en el Monte Sinaí, se comprometieron a un pacto con Di-s – una relación extremadamente exigente que lleva consigo el compromiso tanto en este mundo como en el venidero. 2000 años de persecución y exilio es un testimonio fuerte y claro de esas consecuencias. Cuando alguien viene a nosotros con el deseo de convertirse estamos obligados a comunicarles claramente lo que están recibiendo sobre sí mismos – que no se evaden hacia una dicha espiritual que va a resolver todos sus problemas, sino que están aceptando sobre sí una enorme carga. El compromiso de cumplir con la palabra de Di’s y todo lo que ello conlleva. Podrían decir que hoy en día se puede trabajar el sábado y todo estaría bien; sin embargo, esa misma mañana de trabajo puede llevar consigo una sentencia de muerte o también como muchos creen se puede comer cualquier cosa no kosher pero eso el día de mañana puede recortar años de su vida por transgredir las reglas a las que se comprometió al hacer la conversión.
A cualquier conversión sincera se da la bienvenida a las “fuerzas de élite” que son el pueblo judío en nuestro caso así como en otros son los comandos que crea el hombre para ayudar a su país y les da beneficios de acuerdo a la posición que ocupan. Todos los otros no-judios pueden encontrar su realización mediante la observación de las 7 leyes de Noaj .