La palabra Cabalá es traducida generalmente como la “tradición recibida”, expresando en este sentido, la continuidad de una tradición que ha sido transmitida de generación en generación. Pero, si buscamos su origen en la Torá, Cabalá proviene del verbo que significa “corresponder” o poner en paralelo. Conocemos las cosas del mundo a través de hacer correspondencias y comparaciones entre una cosa y otra. Inferimos paralelos o similitudes entre las cosas con las que estamos familiarizados y aquellas que tratamos de conocer o comprender. Esto es especialmente cierto cuando los temas de nuestra indagación son los aspectos recónditos, secretos y ocultos de la realidad. Para entender aquello que está impulsando y guiando nuestra realidad, debemos primero entender los modelos místicos básicos y luego aprender a aplicarlos correctamente a cualquier situación dada en la vida.